En épocas de mascarillas, el poder de la mirada transmite más fuerza que nunca y los ojos han aumentado su protagonismo.
Siempre hemos
oído eso de que “los ojos son el espejo del alma” porque definen nuestras emociones, hablan
de nosotros, comunican como estamos y se lo
transmiten a los demás. Por eso, los ojos nunca mienten. Y, en estos tiempos,
mucho menos.
Tal vez sea cierto que
ahora, cuando menos nos abrazamos, menos nos besamos, … nos hemos atrevido más a mirar, y dicen
que los intercambios de información sobre quiénes somos que se producen en
estos días son más sutiles y refinados que los a cara descubierta, y por ello
más sinceros.
Hasta que podamos prescindir de las mascarillas, hasta que podamos mostrar nuestra sonrisa, …, mientras tanto, nos miramos como nunca antes. A los ojos.
¡PARA QUE LO SIGAMOS HACIENDO
JUNTOS!
¡FELIZ AÑO!