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“Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades.” - El Quijote • Cervantes

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lunes, 1 de marzo de 2021

TEJER POESÍA EN FAMILIA

“Es importante que los niños lean poesía. Y es, más que importante, necesario. Los niños sienten y entienden cierta poesía mejor que los mayores, porque los niños son poetas. Recordad qué cosas dicen, qué metáforas inventan, qué argumentos imaginan. Los niños son poesía; hay que dar poesía a la poesía, como hay que dar amor al amor. Los niños que leen poesía se aficionan a la belleza del lenguaje y seguirán leyendo poesía toda su vida. Un niño con un libro de poesía en las manos nunca tendrá de mayor un arma entre ellas”. GLORIA FUERTES

¡Buenos días POETAS!

Queremos empezar este día con las palabras de una gran poeta, Gloria Fuertes

A ella le gustaba leer sus poemas a los niños porque siempre conseguía hacerles pensar, y reír, y sentir, e inspirar. Por eso era conocida como la  "La Poeta de los Niños".

Mar Benegas, otra gran poeta, os propone estas actividades  para TEJER POESÍA EN FAMILIA.

  • Podemos regalarnos libros de poemas, y leerlos poco a poco.
  • Podemos hacer pareados: “A la tía Eloísa / la despeinó la brisa”, “Mi hermana Marina / es una mandarina”…
  • Podemos hacer nuestros tarros de palabras que riman.
  • Podemos buscar en los periódicos y revistas palabras hermosas con las que luego construir poemas.
  • Podemos jugar a recitar poemas en el coche.
  • Podemos susurrarnos poemas al oído y hablar en verso.
  • Podemos tener una contraseña poética. O muchas: para cuando estemos felices, o tristes, o juguetones…
  • Podemos inventar trabalenguas mientras hacemos galletas. Y adivinanzas en verso mientras nos las comemos.
  • Podemos leer poemas difíciles. Cantar canciones. Contar cuentos rimados.
  • Podemos jugar a juegos de palmas.
  • Podemos buscar poemas que nos acompañen en la tristeza y otros que puedan acompañarnos en la alegría.
  • Podemos escribir poemas en palitos de helado, cada verso en un palito, y luego jugar a intercambiarlos.
  • Podemos, cuando nuestros tarros de rimas estén llenos o nos aburramos de ellos, vaciarlos, y con esas palabras construir un mundo lleno de poesía.
  • Podemos buscar lo que es un limerick, quién era Mª Elena Walsh, qué es “Chamario”, o cómo se dibuja un gato según Gloria Fuertes.
  • Podemos instaurar los “tres minutos de las poesía”. Y recitarla cada día, a la misma hora, como una cosa importantísima que no puede faltar de ninguna manera.
  • Podemos tejer un abrigo de palabras, de versos, de rimas y risas, donde podamos abrigarnos del frío.
  • Podemos taparnos los ojos para relajarnos mientras papá o mamá nos lee un poema acompañado de música de ambiente con sonidos de la naturaleza, como olas del mar o gotas de lluvia.
  • Podemos dibujar lo que sentimos cuando escuchamos un poema.
  • Podemos dejar que nuestra casa sea un poema y que el poema sea, por supuesto, nuestra casa.